En casa tenemos una tradición: celebrar la Nochevieja con una botella de vino un tanto especial, algo diferente de lo cotidiano. Sin embargo, estas Navidades, la gripe decidió aparecer en muchos hogares sin previo aviso y el nuestro no fue la excepción.
Nos encontramos ante un dilema: ¿Qué hacer con la botella de este año? Decidimos posponer nuestra celebración hasta que la congestión y los malestares desaparecieran, y nuestro sentido del olfato volviera a la normalidad. Finalmente, después de haber pospuesto el evento varias veces en las últimas semanas, llegó el día que habíamos estado esperando.
La botella elegida fue el Moscatel Pago de Cirsus Vendimia Tardía, un vino que habíamos descubierto hace unas semanas y nos llamó la atención. En casa somos amantes de los vinos dulces y este en particular se caracteriza por retrasar la vendimia para concentrar aún más los aromas de las uvas moscatel, que ya son naturalmente golosas.
Fue como si el tiempo hubiera decidido hacer una pausa a propósito para este momento. Finalmente, descorchamos la botella de Moscatel Pago de Cirsus Vendimia Tardía, que brillaba con la promesa de una experiencia sensorial verdaderamente única.
El Color Dorado y Brillante:
Nos encantó su color dorado brillante. No era demasiado denso, más bien lucía un ámbar ligeramente oscuro que nos sugería una complejidad que estábamos ansiosos por descubrir.
El Olfato de la Miel Pura:
Un toque fresco de cítricos se mezclaba con la dulzura de la miel de limón. Orejones, azahar, bollería e higos unidos en un equilibrio delicioso.
Un Paseo por la Boca:
La dulzura estaba perfectamente equilibrada por una crujiente acidez que despertó nuestras papilas gustativas. Los sutiles toques de roble tostado añadieron una intrigante profundidad a su sabor, como un guiño a la paciencia que había sido clave en su creación.
El Maridaje:
Acompañamos este vino con una selección de quesos ahumados, paté y repostería. Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó cuando exploramos una combinación en concreto: el queso gorgonzola dulce. La armonía de sabores fue sencillamente celestial.
La Magia de la Vendimia Tardía:
La historia que rodea a este vino es tan fascinante como su sabor. Se trata de un blanco naturalmente dulce, lo que significa que su dulzura proviene directamente de las uvas vendimiadas en noviembre, cuando la concentración aromática aumenta al disminuir su hidratación. Pasa un par de años en crianza en barricas de roble francés, adquiriendo complejidad.
Moscatel Pago de Cirsus Vendimia Tardía demostró que la paciencia puede ser recompensada con un sabor excepcional. Esta cata, por la que esperamos con tanta ansia, se convirtió en el regalo perfecto para nuestros sentidos. Si estás en busca de una experiencia que celebre el dulce arte de la espera, te animamos a probar esta golosina dorada.
Puedes hacerte con él pulsando sobre estas líneas y dejar que tu paladar disfrute de esta delicia que llegó en el momento perfecto.